Gran Bretaña, Estados Unidos y multinacionales como IBM y Renault, están creando soluciones “con pocos recursos” en rubros como salud, tecnología y automotor.
En 2010 el gobierno de India se propuso una meta ambiciosa, posicionar al país entre las cinco potencias principales en ciencia y tecnología en 2020. Una tarea que pareciera titánica para uno de los países más poblados del orbe -1.295 millones de habitantes- y, donde el 12,4 % vive en condiciones de extrema pobreza, según el Banco Mundial.
Pero lo cierto, es que estos mismos carteles han determinado que el tipo de innovación realizada en el país emergente desde hace ya décadas, no sea la de laboratorio, sino una mucho más alineada con las demandas de la población. Se trata del concepto “jugaad” (hindi) traducido como innovación frugal, es decir, innovar con pocos recursos o hacer más con lo que tienes.
En India hay casos emblemáticos del modelo. Por ejemplo, la empresa Mitticool creó un refrigerador de arcilla de US$ 50 que soluciona el problema de la falta de electricidad; el gobierno lanzó en 2010 la tablet Aakash de US$ 35, la más económica del mercado, para fomentar su uso en colegios, y la compañía india, Tata Motors, creó el auto Nano, que tiene un valor de US$ 2.200.
“Un ejemplo notable de innovación frugal en ingeniería fue la reciente misión india a Marte, llamada Mangalyaan que sólo costó US$ 74 millones, menos de los
US$ 100 millones que le costó a Hollywood producir la película “Gravedad” y mucho menos de lo que Estados Unidos gastó en el satélite Maven, US$ 671 millones”, sostiene Pranbihanga Borpuzari, editor del Economic Times Online, desde India.
El mundo está con los ojos puestos en este modelo. Paul O´Toole, director ejecutivo de iCubo, de la Universidad del Desarrollo, comenta que “hay toda una industria que partió en India y que se está trasladando a otras partes del mundo”, una forma de innovar que conoció de cerca cuando trabajó en Gran Bretaña, en el Hélix Centre del Royal College of Arts y del Imperial College, en proyectos de innovación frugal para aplicar al sistema de salud público de ese país. “Jugaad es hacer más con lo que tienes a partir de lo que ya existe, personas, infraestructura o fondos. Hélix, ante la falta de recursos, se inspiró en este modelo para buscar formas frugales de innovar en el área salud, creando, por ejemplo, prótesis de bajo costo, expresa O´Toole.
En EEUU las universidades han acuñado este concepto. La Universidad de Stanford dicta uno de los cursos más populares en diseño frugal mientras que la Universidad de Santa Clara, en California, abrió un laboratorio inspirado en este modelo.
Europa no es la excepción. En Finlandia, por ejemplo, se formó la Asociación Nórdica de Innovación Frugal (TNFIS, por sus siglas en inglés), donde exploran cómo utilizarla.
Las multinacionales también están aplicando esta forma de innovar. Por ejemplo, IBM implementó su primer laboratorio de innovación frugal en Kenia, el primero que tiene en África y el décimo a nivel mundial.
Y por otro lado, Renault, tras la fusión con Nissan, adquirió Dacia, marca con la cual abrió un nuevo segmento utilizando la tecnología con la que ya contaban, pero con un producto final más barato y sustentable. Hoy, las ventas de Dacia representan el 40% de la facturación de la compañía.
La década de la innovación
Si bien India es el paradigma de la innovación frugal, no es la única que se impulsa, aunque sí la más buscada.
Una ventaja del país, es que han sido varios los gobiernos, desde que se independizara de Gran Bretaña en 1947-, los que han dado prioridad a la ciencia, la tecnología y la innovación, aportando recursos públicos, impactando a varias industrias.
“A comienzos de la década del 2000 India se orientó a innovar en campos como el tecnológico, -especialmente en software- salud, biociencia y manufactura, donde además destacan innovaciones sociales con foco en los sectores más vulnerables de la sociedad”, explica Pranbihanga Borpuzari.
En 2010, bajo el gobierno de la Alianza Progresiva Unida se creó el Consejo Nacional de Innovación con el mandato de elaborar una estrategia nacional de innovación inclusiva, estableciendo metas concretas como duplicar la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) pasando de cerca del 0,8 % a 2% del Producto Interno Bruto (PIB) a 2020.
Paul O´Toole explica que la idea de contar con una política nacional en esta área pasa por mirar a China. Ambos países son emergentes y si bien tienen tasas de crecimiento similares, India históricamente ha estado rezagada en materia de innovación respecto del gigante asiático. De ahí que uno de los anuncios fuertes fuera la creación del Consejo Nacional de Innovación que complementaría el trabajo del Ministerio de Ciencia y Tecnología creado en 1971.
“Hay poca evidencia de los avances, están atrasados en por lo menos cinco años para cumplir las metas. Por ejemplo, la inversión en I+D sigue bajo el 1% y para llegar al 2% deben pasar muchas cosas, porque todo está muy fragmentado, en un país enorme”, sostiene O´Toole.
El problema, explica, es que el país no cuenta con una institucionalidad que fomente la investigación en universidades -la mayoría no posee infraestructura ni recursos reales para el trabajo científico- y tampoco que proteja la propiedad intelectual. Tienen una muy baja tasa de patentes. Una realidad que se refleja en las mediciones, por ejemplo, en The Global Innovation Index 2015, India ocupa el lugar 81 muy por detrás de China, que tiene el 29 y de Chile en el 42.
Por otro lado, este retraso, también se debe al cambio de gobierno, pues “la Alianza Democrática Nacional dejó congelado el trabajo del Consejo. No obstante, lanzó en enero pasado Start-Up India para promover y crear una cultura de emprendimiento”, señala Borpuzari.
Caso de éxito: Grupo Tata
Tiene 92 empresas en su portafolio, entre ellas, Tata Consultancy Services (TCS), la firma con mayor capitalización bursátil del país y Tata Motors, creador del auto Nano, uno de los ejemplos de innovación frugal. “Casi todas las empresas del grupo participamos en la creación de este auto, y en el caso de la tecnología del Nano, TCS tuvo que hacer un enorme esfuerzo de ingeniería. Ahora, no toda la innovación india es frugal”, señala Henry Manzano, CEO de TCS para América Latina.
El ejecutivo cuenta que innovan en diversas áreas como el análisis de las conductas humanas a través de modelos computacionales, análisis de voz, uso de tecnología en el ámbito del genoma y del metagenoma e Internet de las cosas. Posee nueve laboratorios de innovación, siete de ellos en India y dos en Inglaterra y EEUU y 2.000 patentes a su haber. “Es importante innovar pensando no solo en el modelo de estadounidense o nórdico. India no es una economía rica, por lo que ha desarrollado una serie de productos adaptados a los mercados emergentes, financiables por los consumidores de esos países”, indica.
Respecto de cómo TCS logró hacerse un nombre a nivel mundial, explica que tiene que ver con las oportunidades que entregaba India con una mano de obra calificada y las pocas alternativas de soluciones TI que tenían las grandes compañías. “Nuestra gran apuesta fue haber sacado a India de la edad media de la tecnología”, afirma.
El mundo occidental está adoptando esta forma de innovar, una forma eficiente que se complementa perfectamente con la tradicional.
Fuente: Diario Financiero 21/03/2016
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